El
lobo ibérico es una subespecie de lobo endémica de la Península
Ibérica.
Alcanza
un tamaño medio, algo más pequeño que otros lobos europeos. Los
machos alcanzan entre 130 y 180 cm
de
longitud, y las hembras entre 130 y 160 cm. La altura
de cruz puede
llegar a los 70 cm. Los machos adultos pesan generalmente entre 30 y
40 kg,
y las hembras pesan de 20 a 35 kg.
Tienen
la cabeza grande y maciza, orejas triangulares relativamente pequeñas
y ojos oblicuos de color amarillento. El hocico
presenta
unas manchas blancas en los belfos denominadas bigoteras.
Su pelaje es heterogéneo, de tal forma que se describen unas franjas
longitudinales oscuras o negras cubriendo la parte anterior de sus
dos patas delanteras, una mancha oscura a lo largo de la
cola,
y otra mancha oscura alrededor de la cruz a la que se le conoce como
silla
de montar.